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martes, 2 de diciembre de 2008

Desde el otro lado de la ventanilla

Aprovechando que llevo un tiempo trabajando en un Ayuntamiento al que llamaremos de ahora en adelante Ayuntamiento A, utilizaré este blog para hablar de cómo funciona la Administración desde dentro.
1ª lección: La primera persona que te coge el teléfono es la que menos sabe. En efecto, de todos es sabido que tanto en las empresas privadas como en la Administración Pública las personas que atienden al teléfono no suelen ser candidatas a los Nobel y, precisamente por eso, cogen el teléfono. Dicho lo cual, no esperes que tus dudas queden resueltas nada más descolgar el teléfono porque seguramente tenga que pasarle el teléfono a la persona experta en la materia por la que preguntas. Ármate de paciencia y asume que puede que te vayan pasando de una persona a otra.
2ª lección: Asume que las cosas no son tan fáciles como te piensas y pueden tardar su tiempo. Debes tener en cuenta que cuando tú pides algo a la Administración Pública, otras tantas personas en tu misma situación pueden, a su vez, estar solicitando lo mismo que tú. Tu solicitud no es la única, hay más, muchas más en algunos casos, y no siempre sabemos de buenas a primeras dónde está, qué papel falta, ni cuánto puede acabar tardando el trámite en que se encuentre. Ya quisieramos poder hacer aparecer el expediente de la persona que nos lo solicita por arte de magia, pero por desgracia, ni el Ayuntamiento A ni ningún otro son como Hogwarts. Lo más parecido a la magia que tenemos es la informática, pero ésta sólo nos permite ubicar el expediente. El siguiente paso, conocido el expediente de que se trate, es buscarlo en los archivos y eso no es siempre fácil, pues éstos, me figuro que normalmente o por lo menos así es en nuestro caso, no se encuentran en las dependencias en que se trabaja
Más adelante con la 3ª lección.

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