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martes, 2 de diciembre de 2008

Desde el otro lado de la ventanilla

Aprovechando que llevo un tiempo trabajando en un Ayuntamiento al que llamaremos de ahora en adelante Ayuntamiento A, utilizaré este blog para hablar de cómo funciona la Administración desde dentro.
1ª lección: La primera persona que te coge el teléfono es la que menos sabe. En efecto, de todos es sabido que tanto en las empresas privadas como en la Administración Pública las personas que atienden al teléfono no suelen ser candidatas a los Nobel y, precisamente por eso, cogen el teléfono. Dicho lo cual, no esperes que tus dudas queden resueltas nada más descolgar el teléfono porque seguramente tenga que pasarle el teléfono a la persona experta en la materia por la que preguntas. Ármate de paciencia y asume que puede que te vayan pasando de una persona a otra.
2ª lección: Asume que las cosas no son tan fáciles como te piensas y pueden tardar su tiempo. Debes tener en cuenta que cuando tú pides algo a la Administración Pública, otras tantas personas en tu misma situación pueden, a su vez, estar solicitando lo mismo que tú. Tu solicitud no es la única, hay más, muchas más en algunos casos, y no siempre sabemos de buenas a primeras dónde está, qué papel falta, ni cuánto puede acabar tardando el trámite en que se encuentre. Ya quisieramos poder hacer aparecer el expediente de la persona que nos lo solicita por arte de magia, pero por desgracia, ni el Ayuntamiento A ni ningún otro son como Hogwarts. Lo más parecido a la magia que tenemos es la informática, pero ésta sólo nos permite ubicar el expediente. El siguiente paso, conocido el expediente de que se trate, es buscarlo en los archivos y eso no es siempre fácil, pues éstos, me figuro que normalmente o por lo menos así es en nuestro caso, no se encuentran en las dependencias en que se trabaja
Más adelante con la 3ª lección.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

¿Por qué "Todo Que Perder"?

Quizá algunos piensen que la creación de mi blog fue un plan largamente meditado y la elección de su nombre fruto de una profunda reflexión. Nada más lejos de la realidad. Fue del todo improvisado. Sí es cierto que me rondaba por la cabeza la idea de crear mi blog, pero el nombre no lo pensé hasta haber hecho todos los pasos anteriores. En resumidas cuentas, lo último que pensé fue el nombre del blog.
Lo primero que puse fue "Sin voz ni voto". Lamentablemente, ese nombre ya no estaba disponible. ¡Qué ingenuo fui al pensar que era un prodigio de originalidad!. Así que probé otras cosas. Después de varios fallos por distintos motivos se quedó con ese nombre, el primero que pude poner sin que la página me diera error.
Si escogí ese nombre es porque tiene la intención de ser un blog nada optimista, algo satírico y bastante cutre, pero como ya digo, los contenidos todavía no están del todo claros (sí que queda claro, por otra parte, que me repito más que el ajoceite).